Magia Blanca - El Retorno de los Magos



Existe una creciente y masiva  tendencia a recurrir a procesos mágicos.Vemos la magia por doquier. Apelamos a ella, la mayoría de las veces íntimamente. sin alardes, sin divulgarlo. Confiamos, esperamos, nos ilusionamos.

La magia ha perdido esa connotación pecaminosa y profana que infundía temores. El saber que estábamos violando códigos prohibidos.

Por supuesto, nos referimos a la magia blanca. Esa que brota de nuestro propio espíritu. Que parece susurrada por nuestro ángel de la guarda. Esa que hace parte de los dones que hemos recibido de Dios. Que se expresa en forma inocente y acude a los elementos más puros de la naturaleza. La magia del agua, de la música,del color, de las figuras, de la luz, del aire.

Tenemos pautas mágicas que nos ayudan a curar dolores y enfermedades. Que nos transmiten energía y paz.Que nos alegran la vida. Que son alimento, descanso y sueño. Los científicos nos presentan las evidencias de la sensibilidad del agua y cómo esta, mediante procesos propios puede purificarse y renovarse a sí misma. Pantanos putrefactos y malolientes reviven al contacto de cantidades mínimas de agua viva. Cuantos de nuestros cuentos infantiles giraban alrededor del agua mágica...

Las terapias con cristales de color y las referencias al uso de los cristales en el pelo que usaban los atlantes. El fuego hipnótico de Damian, las curaciones con aguas termales, la energización con aguas heladas, los sonidos mágicos de los “manmtrans”. Los sonidos blancos para inducir la meditación profunda. Seguramente que mientras leen esta lineas estarán recordando muchas otras manifestaciones mágicas de la naturaleza.

Y todo esto resulta tan fácil de poner en práctica...es la manifestación de la fe, se dice con frecuencia y tienen razón. Por eso es que ya no tememos, porque vemos en cada uno de los prodigios que observamos, el poder infinito de Dios, que es nuestra herencia.